Sí olvido.

Siendo mediodía y no habiendo nadie en casa únicamente yo, no se oye nada, sólo el canto de los pericos y al costado mio el celular con el sonido que da la señal de que la batería esta baja oh, ni ganas me quedan de buscar el cargador sólo quiero estar sentada aquí escribiendo un relato sin sentido para muchos, saben un día quise querer pero resulto un rompe cabezas con un millón de piezas pequeñas que a medida que trataba de armarlas las piezas se fueron perdiendo, busque trate de armar con calma y cuanto mas buscaba esas piezas no las encontré y un día cansada de intentar armar la rompe cabezas la metí en una carterita y salí de casa sin rumbo y a cada paso que daba deje caer uno a uno cada pieza no me importo quien lo encontrara o si el viento lo arrastraría simplemente los deje caer y cuando ya mis pies no pudieron dar un paso mas metí la mano en la bolsa para arrojar las piezas que quedaban oh sorpresa sin darme cuenta ya no quedaba ni una y me quede parada por un cierto tiempo pensando: vuelvo en busca de ellas o las dejo a su suerte que el sol lo deteriore o que la lluvia lo arrastre ya no me importa lo que pase desdes aquel momento, entonces decidí dejarlas a su suerte y me quede ahí esperando que pase un carro que me recoja y retornar a casa por que mis piesitos estaban tan pesados que no podía dar un paso mas y desde entonces no quiero rompe cabezas, cubo mágico ni nada parecido.