Un dolor.

Un ser acongojado
lastimado por dentro y por fuera cubierto de profundas

llagas incurables que con el rosar del viento sangra sin

cesar, heridas que crecen con el tiempo, se queja de
dolor pero nadie lo puede ayudar no hay cura ni remedio

que sane esas heridas.

Sólo el profundo cansancio calma sus dolores, quiere
permanecer dormido pero su mente no se lo permite

que al cantar de los gallos abre sus ojos y sus

párpados le pesan de tanto llorar y nuevamente

empieza un día de quejas, lamentos y pesares

que no lo dejaran por el resto de sus días; y se

pregunta: hasta cuanto tendrá que cargar con

tanto dolor que por culpa de un error tiene

que pagar, quiere encontrar en su vida una

mínima esperanza que alivié su acongojada

alma, pero no hay ninguna esperanza sólo culpas

que el mismo se produjo cuando se creía que ya

era feliz tal vez perdió a un ser querido que en

sus sueños lo añoraba no te vayas, no me dejes vuelve

a mí repetía y despertaba asustado miraba

a su alrededor y no encontraba al ser que buscaba.