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Eran las 6.50 de la tarde el viento soplaba nostálgico a mi sentir, el acariciaba mi rostro y jugaba con mis cabellos maltratados y fue entonces que unas lágrimas le lo mas profundo de mi ser cayerón por mis mejillas creo que eran las lágrimas que me resistía dejarlas salir por la inmensa tristeza que me embarga todo estos últimos meses y para ser sincera creo que vivo prácticando ese dicho que dice: Por fuera río como si no pasara nada como si fuera el ser mas feliz de este planeta pero sin embargo por dentro siento que una tristeza me mata de a poquito.

Creo que me desgarra la lucha constante que tengo entre mi razón y mis sentimientos y siento un temor profundo de equivocarme y caer de la nube en la que vivo y mi temor mas grande es caer y después de esta caída no poder levantarme aunque muchos digan que es mejor arriesgarse y equivocarse no importa mil veces pero al fin debemos equivocarnos pero me doy cuenta que soy mas cobarde de lo que creí y tengo mucho miedo como cuando era niña y le temía a la oscuridad y sobre todo al silencio que ahora se volvió mi eterna y entrañable compañera.