Una noche.

En una noche tranquila como tantas en mi vida en la que no oía ni distinguía donde se encontraban algunas cosas de la habitación desperté aproximadamente a las 2 de la madruga pero no era la primera vez que eso pasaba pero esto se repitió después de mucho creo que un año para ser exacta pero en esta ocasión no se que me hizo despertar que salí de la cama sobresaltada como si buscase algo que no se encontraba ahí y al dar algunos pasos tropecé con un pequeño banquillo que siempre suele estar casi en la dirección de la patiadera de la cama y eso fue lo que me hizo reaccionar y darme cuenta de la hora y fue cuando me asome a la venta para observar lo que pasaba a esa hora de la madrugada por la calles de huamanga pero hasta entonces nada solo algunos canes que deambulaba y también vi a gatos de todo color y tamaño que caminaban por los techos y muros de las viviendas, y les diré que a esta hora podía presenciar con mas claridad el cielo estrellado como lo dijera Pablo Neruda "El cielo esta estrellado y tiritan los astros a lo lejos" ui que cielo maravilloso estaba todo cubierto de estrellas de las cuales otras se veían más pequeñas y luminosas que las demás pero al fin y al cabo la que se imponía a esa hora era la luna.

Permanecí ahí un largo tiempo hasta que el frió se hizo intenso que recorrió mi cuerpo desde mis pies hasta la punta de mis cabellos lo cual me obligo a retornar a la cama donde sólo estaban las sabanas frías bueno estuve unos cuantos minutos despierta hasta que nuevamente me entregué a los brazos de don Morfeo y de mis queridos compañeros.