Una carta para.......

Año dos mil... en aquel entonces cuando te podía encontrar a cada hora o a donde vaya y podía sentir tu respirar muy cerca de mí por que no te dije tantas cosas que ahora quisiera decir a tu oído como un secreto entre tú y yo que tal ves las cosas no tenían que pasar como paso retrocedamos el tiempo que se perdió en el espacio desde ese no sé cuando, estas notas nunca las podrás leer o séra que en algún momento de la vida des un vistazo a esta página pero eso creo que séra muy difícil, ni te imaginas que recuerdo tu imagen que esta en mi mente desde la última vez que te vi en aquel mes de abril aquella calle desolada recuerdo que corría el viento lo sentía algo triste por que se llevaba parte de mí: juegos, enojos, alegrías que compartimos recuerdos hermosos que nunca volvieron a ser realidad desde entonces cuando el viento rosa mi rostro con tal fuerza recuerdo con nostalgia aquel día.

Sé que no sería capas de pararme frente a tí, si fui yo quien hecho a perder todo, por un maldito temor que no quise compartir contigo creí que no me entenderías y lo que me reprocho es ese silencio que hasta ahora esta conmigo, hasta pronto, te escribiré muy pronto pero esa carta nunca llegara a tus manos.

Después de un largo tiempo.

Era una tarde de invierno y como es característico de esta estación, se sentía un frió intenso que ni una tasa con café caliente hacia que la temperatura corporal subiera me encontraba sentada al lado de mi escritorio algo perdida en mis pensamientos pero eso no impedía que sintiera como el frió recorría todo mi cuerpo ni la chompa gruesa que llevaba puesta la que tome del ropero de entre las ropas de mi madre era suficiente para abrigarme.

El frió de esa tarde hacia que me perdiera mas en mis pensamientos; me mantuve así por un largo tiempo hasta que escuche la voz de él que se ha cercaba; entro a mi habitación cómo de costumbre causando ruido y haciendo notar su presencia , me di cuenta que estaba algo cansado y seguramente había caminado una larga distancio o que tal vez había corrido por algún motivo que solo él lo sabia cuando se aproximo a mi sentí que su cuerpo irradiaba un calor de vida y a medida que se acercaba mas a mi como para indicarme la dirección de un lugar en un mapa de la ciudad y cuando su pecho toco mi hombro sentí el latir apresurado de su joven corazón que sin duda tenia un espíritu que no se deja vencer por las dificultades a si por así; en ese momento me devolvió la vitalidad que la estaba perdiendo por mis pensamientos y el frió de aquella tarde de invierno.