Desde el inframundo.

Hoy desperté muy temprano porque los mil y un pensamientos no me dejan dormir bueno siguiendo con nuestros relatos de Cajamarca en esta ocasión les contare la siguiente historia ah y es corta para que no se aburran.

El Ayudante De Misa.

Eran más o menos las doce de la noche, cuando a don Manuel Conde, pues reposaba su avanzada enbriaguez en la esquina de la iglesia de la Recoleta, se le acercó un cura, sin que se diera cuenta por donde había venido, y le pidió que por favor le ayudara a celebrar la misa como sacristán, ofreciéndole una jugosa propina.

Don Manuel, viendo la posibilidad de llevarse algunos centavos, aceptó el ofrecimiento y juntos se dirigieron a la iglesia que ya se hallaba iluminada. Durante el trayecto el cura le recomendó que en el momento de la misa no alzara la vista, porque de lo contrario no le pagaría el dinero acordado.

En efecto, don Manuel, ejecutó conforme le iba indicando el sacerdote, todos los pasos del ritual, pero al llegar al altar, movido por la curiosidad, levantó los ojos y lleno de pánico y de terror vio que el cura estaba ardiendo en fuego del infierno y a su lado habían muchas almas y cuerpos encadenados que gemían y se lamentaban por sus actos en el mundo de los vivos .

No pudiendo resistir el terror se desmayó combulcionando. Así en esta posición quedó hasta que lo encontraron los sacristanes que ingresaban a arreglar la iglesia para la misa de las seis.