Neko

domingo, junio 24, 2007

Desde el inframundo.



Las dos primera historias fueron hechos que sucedieron aquí, pero para esta oportunidad escogí una de fuera la cual tuve que resumirla por lo extenso que era para que no se aburran al leer, espero que el relato les agrade la escogí porque me pareció interesante, bueno mejor me vayamos con la historia.

El corazón revelador.

Es cierto soy un poco nervioso. Lo he sido siempre.Pero ¿Por qué dicen que estoy loco?.
La enfermedad a agudizado mis sentidos, de todos ellos el más agudo era el oído, yo he oído todas las cosas del cielo, de la tierra y muchas del infierno ¿ Cómo entonces, entonces he de estar loco?, observen con que calma y salud puedo relatar esta historia.

Planeé un asesinato, era un anciano, lo quería pero había un problema, lo que me molestaba era su ojo pálido que me atormentaba cada mañana y cuando la mirada caía sobre mí la sangre se me helaba, por eso planeé su asesinato, visite la puerta de su casa durante siete noches interrumpidas a las doce precisamente, introducía mi cabeza por un agujero que abrí en la puerta, pero siempre encontraba el ojo cerrado lo cual hacía imposible realizar mi propósito porque no era el anciano el que me molestaba sino su maldito ojo.

En la octava noche abrí la puerta con mayor precausión que de costumbre, su cuarto estaba tan oscuro como la boca de un loco, al introducir mi cabeza el anciano reacciono en su cama , preguntando: ¿Quién anda ahí?

Permanecí inmóvil y nada respondí por una hora y el anciano permaneció sentado en la cama todo ese tiempo escuchando a la carcoma de la pared.
De repente escuche un débil gemido, era un lamento de terror mortal, no era un lamento de dolor o de tristeza ¡oh no! era el murmullo sordo y agotado que escapa desde lo más profundo de un alma abrumada por el espanto.Yo ya había conocido ese murmullo. El anciano trataba de tranquilizarce engañándose que aquel ruido era provocado por el "viento o si no era un ratón o simplemente un grillo que cantaba".

Por mas que trataba de tranquilizarce con suposiciones, pero todo fue inútil era la muerte que había pasado ante él con su gran sombra negra, envolviendo así a su víctima. Cuando se calmo todo, entre y me acerque a verlo tenía los ojos abiertos y al ver el ojo de buitre me encolerice no miraba al anciano más que a ese ojo al cual odiaba, pero el anciano estaba aterrado por los murmullos escuchados y sentí el fuerte palpitar de su corazón que me aterraba y hacia que permanesca inmóvil, pero como dicen¡qué estoy loco! eso no hizo que me detenga, saque el cuchillo del bolsillo y lo introduje en aquel ojo, pero el corazón le seguía latiendo con tal fuerza al cabo de un rato por fin cesó, el viejo estaba muerto. toque su pecho para comprovar si estaba bien muerto y ahora estaba seguro que sus ojos ya no me atormentarían más.

Si aun me siguen conciderando loco esa idea se esfumara cuando les relate las precauciones que tome para ocultar el cadáver, al transcurrir la noche empecé a trabajar con prisa pero en silenció, lo primero que hice fue descuartizar el cuerpo: corte la cabeza, los brazos y las piernas, arranque tres tablones del piso, colocándolo todo debajo de la madera luego devolví los tablones con tanta habilidad y destreza que ningún ojo humano- ni siquiera el del viejo hubiese podido descubrir, no se me escapo nada, toda la operación acabe a las cuatro de la mañana cuando aun era noche, ya en la madrugada llamaron a la puerta, eran dos agentes de la policía que venían a realizar una investigación por que había una denuncia por un ruido que un vecino había escuchado, yo les conteste: el ruido lo había hecho yo y los invite a pasar afirmando que el anciano había salido de la ciudad todo lo hice porque me sentía confiado de mi trabajo, los invité a sentarse en la habitación del crimen y precisamente coloque mi aciento en el lugar donde se encontraba el cadáver pero de repente me dolía mucho la cabeza y creí que me zumbaban los oídos, y el zumbido en mis oídos se hizo mas claro, hable en voz alta hasta dije algunas tonterias, pero el sonido persistió, sin duda en aquel momento me puse muy pálido, pero trate de no hacer caso al ruido pero este persistía hasta el punto que camine de aquí allá por la habitación y de rrepente sentí que mi boca se cubría de espuma y mis pies golpeaban el suelo con fuerza, que movía la silla en la que estaba sentado, los agentes seguían ahí charlando y yo estaba seguro que lo "sabían todo" y ¡que estaban divirtiéndose con mi terror! sí lo creía y lo creo ahora.

No aguante sus hipócritas sonrisas de su conversación , estaba desesperado era tiempo de gritar o morir, y grite fuerte:
¡Miserables! ¡no disimulen! ¡lo confieso todo!, arranque esas tablas....
¡Aquí, aquí! Es el latido de su horrible corrazón.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Image Hosted by ImageShack.us
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. Estadisticas Geo Visitors Map