Neko

sábado, mayo 12, 2007

Una historia para todos.


La encontré en el montón de papeles del colegio los cuales me disponía a quemar, pero al leerlo me pareció interesante y quiero compartirlo con ustedes.

Algún día seré como tú.

Mi hijo nació de manera normal en un hospital, pero ese día no pude estar ahí por tener que trabajar. Cuando por las mañanas salia temprano al trabajo, y cuando en las noches regresaba bastante tarde lo encontraba dormido.
Casi no lo vi crecer.Sólo su madre me contaba como había aprendido a comer, a caminar, a correr, a hablar...A veces cuando ne emocionaba queria estar a su lado,pero por los compromisos, los negocios, los amigos, las invitaciones...No me daba tiempo.

Las pocas veces que podíamos estar juntos me decía:"Papá; algún día seré como tú". Cada vez que me iba de viaje me preguntaba por teléfono:Papi ¿Cuándo regresas? yo le contestaba: todávía no lo sé, hijo; pero cuando vuelve te llevaré un regalo.

Mi hijo cumplió 10 años ¡Cómo había crecido!, el día de su cumpleaños me dijo:gracias papi, por la pelota que me regalaste, hoy es domingo,¿ podríamos jugar?. Entonces yo le respondí: Hoy no puedo. No importa papi, me dijo y se fue corriendo.

Cuando estudiaba en el colegio un día se levantó bien temprano y acercándose a mi carro me dijo: Papá, mi mámá siempre va a las reuniones del colegio ¿Por qué no asistes? siquiera hoy que es un día especial para mí, porque esta vez me toca actuar y quisiera que me veas.
Y yo que estaba apurado porque me ganaba el tiempo le contesté:Cuánto quisiera ;hijo pero lo siento. Tengo que trabajar para alimentarlos y educarlos bien, te prometo ir al próximo año.
Un buen día mi hijo termino la universidad, al verlo todo un hombre le dijé:¡Felicitaciones! ¡Muchos exitos en tu vida! me siento orgulloso de ti. Ven y siéntate hablemos un rato...

Pero mi hijo me respondió:Hoy día ,no , papá, mis amigos me están esperando.Mas bien prestame tu auto para salir con ellos.Y así pasó el tiempo.Llegó el día en que me jubilé del trabajo y el día en que mi hiko se casó.
Con su familia se fue a vivir a otar casa, y como yo ya disponía de tiempo lo llamaba por teléfono continuamente.
Hola hijito ....le decía....cómo estás, quisiera conversar contigo.

A mí también me gustaría conversar contigo....Poro tu sabes...El trabajo, los compromisos, los hijos....El tiempo no me alcanza; de todas maneras gracias por llamar, ha sido un plecer escuchar tu voz , me contestaba.
Con el paso de los años sentía que las fuerzas me abandonaban: mi esposa ya había partido a la eternidad y la tristeza invadía mi alma.

Hace poco al sentirme solo y abandonado, emocionado otra vez lo volví a llamar, su esposa me contestó: su hijo no esta se fue de viaje, aceptó una oferta de trabajo muy importante y se fue.Yo y mis hijos estamos muy apenados pero que se puede hacer.Dejó muchos saludos para usted, venga a casa lo esperamos.....


Cuando colgué el teléfono una lágrima nublaba mis ojos y sentía que un nudo apisionaba mi garganta.Me di cuenta que mi hijo había cumplido su promesa:¡Era como yo!

Moraleja: Siempre debemos darnos un tiempo para todo porque todos y cada parte de nuestra vida es importante y no esperemos quedarnos solos para darnos cuenta de ello.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Image Hosted by ImageShack.us
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. Estadisticas Geo Visitors Map